Después de casi más de 10 meses, sigo siendo la más feliz, y sigues gustándome cada día más. Junto a todos tus celos, tus locuras, tus enojos, tus berrinches, cada mala palabra, grosería y llanto, que ahora también se han vuelto parte de mí.
No cambiaría por nada haberte dicho que no, o haberte dicho alguna vez te odio, ni tampoco cambiaría ninguna pelea, ya que cada una de ellas nos han hecho estar aquí, y ser quienes somos.
Me ha encantado que sea yo con la cual peleas, a la que odias y no quieres ver a ratos, a la que le pegas con la almohada, a la que le enseñas la lengua y muestras tu lado más humano.
Porque a esa, buscas para solucionar las cosas, y si te vas 5 segundos, das media vuelta a la mitad del camino y regresas, a la que abrazas después de un par de gritos, y le sonríes de la forma más tierna. A la que buscas cada hora, y le has enviado más de mil textos, a la que ves con otros ojos, a la que llamas amor. Ser a quien das de besos, a quien abrazas tan fuerte que romperías, eres capaz, pero no es lo que quieres. A la que sujetas del cabello, de la cintura, del rostro...
Me ha encantado ser a quien llamas amor de tu vida, y fascina llamarte a ti amor de mi vida, porque así somos, parte de nosotros mismos. Hacemos el amor, y lo somos.
Te amo.
2 comentarios:
''Hacemos el amor y lo somos''. Eso sí que es tierno.
Acabo de descubrir tu blog, así que, poco a poco iré leyéndote un poco más.
Espero que tengas unas felices fiestas,
Noa
Es tan tierno. Me recuerda a cartas así que recibí de mujeres que en algún momento pensaron eso. Vaya mierda, ¿no? Como terminan algunas historias, digo. Espero que la tuya sea cojonuda. Y ya sabes: que sea cojonuda no quita que tenga sus malos momentos pero, ¿quién quiere la perfección? ¡Menudo rollo sería eso!
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