Es muy gracioso cuando alguien cambia tan fácilmente tu estado de ánimo. Cuando comienzas a preguntarte en dónde y qué estará haciendo en algunos momentos. Es muy triste tener en cuenta que estás por completo lejos de mi, sí, quizá pueda verte diario, quizá pueda verte en línea cada día, pero eso no tiene mínima igualdad con la que se compara el no sólo verte diario, sino el estar contigo diario, el no verte en línea, sino el llegar a platicar contigo así hasta las 3:20 am. 

No sabes qué provocas en mi, hasta un dolor de estómago cuando te veo con ella y una de quizá más de quinientas sensaciones que recorren mi cuerpo a causa tuya. Esto no es normal, y no sabía qué hacer, aún no sé si la decisión que tomé fue la correcta, aunque te seré sincera, siento que entre más te conozco, más estoy encantada contigo; con tu voz, con tu forma de vestir tan peculiar, con la manera en que acomodas tu cabello, con la manera en la que me miras con tus ojos claros, con tu forma de sonreír, con la manera en que te despediste de mi soltándome un beso en la mejilla.

Todos sabemos que en estos casos lo más fácil, conveniente, lógico y razonable es alejarte de esa persona, sin embargo, lo cruel es que absolutamente nadie toma esa decisión, y todos optan por seguir ahí, apegados cada vez más a esa persona, de conocerla hasta llegar al grado de sentir ése tipo de amor vicioso. Y empeora la cosa, porque tomamos la decisión de quedarnos, de buscarnos en tiempos libres. No sabes el tipo de nerviosismo que siento cuando estoy pasando justo enfrente de ti sabiendo que notarás que lo hice, y justo en ése momento me desvío completamente del tema que estaba hablando con la persona que me acompaña.

Y así suele ser contigo, apareces en mi mente y todo se desvanece, y llega ella, y llega la realidad, y llega el "pon atención a clase". Estás haciendo que me esfuerce, estás volviéndome cursi, estás haciendo que vuelva a escribir en esta red social que seguro pocas personas tienen en cuenta, te estás volviendo el motivo de ir a recorrer la escuela para ver si logro encontrarte. Me hiciste tomar una de dos decisiones, quedarme o irme. Me quedé ¿y después? 

Supongo que es obvio, pasa todo, o no pasa nada.